El vicio del surf
Estudios recientes vienen comprobando lo que los
surfistas saben desde hace décadas: que el surf es un santo remedio para todos
los tipos de problemas. En el siguiente texto, traducido del sitio australiano
CoastalWatch, vas a entender mejor el porqué de su “vicio” por el surf y por la
mar.
Todos nosotros surfeamos por razones diferentes:
salud, aventura, experiencia o simplemente por estar en contacto con el océano.
Sea cual fuere nuestra motivación, cada surfista conoce la sensación de “Surf
Stoke” (lo que puede ser traducido como “quedar enganchado”).
A pesar de que estemos familiarizados con los
beneficios físicos, fisiológicos y psicológicos referentes a nuestro deporte,
un estudio recientemente publicado demuestra que las personas se quedan
“enganchadas” al surf, incluso adictas, porque, de hecho, un cóctel químico se
desencadena en el organismo por los iones cargados de energía que se encuentran
en la atmósfera alrededor del agua turbulenta.
Cuando surfeamos, experimentamos elevados niveles
de adrenalina y dopamina. La adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca y
aumenta el tiempo de reacción (lucha o reflejo), mientras que la dopamina es un
neurotransmisor químico creado por el cuerpo cuando estás haciendo algo que te
gusta. “Los viciados en adrenalina”, como los surfistas de olas grandes, se
acostumbran a niveles más elevados de estos productos químicos.
Aunque esta adrenalina nos puede dar una ventaja
para reaccionar ante situaciones adversas en el agua, sus efectos disminuyen
rápidamente a medida que salimos de la mar, pero el “surf stoke” sigue presente
por mucho tiempo, incluso cuando estamos de vuelta de la playa. Esta
investigación sugiere que estos efectos se pueden atribuir a lo que se ha
llamado el “sea spray” (aerosol de mar).
La turbulencia creada por las olas rompiendo altera
la estructura física del aire y del agua, y el desmembramiento de las moléculas
de agua libera iones cargados a la atmósfera. Algunos científicos están
convencidos de que estos iones cargados tienen un efecto positivo sobre el
estado de ánimo, provocando la liberación de endorfinas y serotonina - las
“hormonas de la felicidad”-, lo que aumenta el flujo sanguíneo y la circulación
de oxígeno a través de nuestros cuerpos.
Estudios similares muestran otros entornos con una
carga excesiva de iones en la atmosfera, como alrededor de cascadas y montañas
cubiertas de nieve, que producen efectos similares. Tal vez si tu ducha tiene
presión suficiente, se puede crear el mismo ambiente de las olas y conseguir
“engancharte” utilizando el mismo principio de aguas turbulentas que los
océanos.
Un estudio con 107 surfistas de California
investigó los beneficios del surf para la salud mental, pidiéndoles que
describieran cómo se sentían antes y después de una sesión de surf. Los surfers
respondieron unánimemente sentirse más tranquilos y más en calma después de una
sesión de surf. Ryan Pittsinger, el investigador responsable del estudio,
asegura que “Es sólo que … se puede despejar la cabeza.”
Organizaciones de todo el mundo están aprovechado
este “surf zen” para tratar males como la depresión, la esquizofrenia, el trastorno
afectivo estacional (un tipo de depresión de invierno) etc. La Jimmy Miller
Memorial Foundation, en California, está utilizando un programa conocido como
“Terapia del Océano” para tratar a personas que sufren de estrés
pos-traumático, aplicando las habilidades aprendidas del surf –incluyendo
confianza y seguridad– en sus vidas cotidianas.
Un documental publicado a principios de este año,
contó la historia de una organización que busca la felicidad de nuevo en la
vida de niños huérfanos en México a través de las olas para fomentar la
confianza, la autoestima y la elección de una nueva esperanza para seguir sus
sueños y alcanzar un futuro mejor. El éxito del programa demostró que la
“terapia surf” era mucho más efectiva que lo que los propios psicólogos
esperaban.
Como dice el viejo refrán “Sólo un surfista conoce
el sentimiento”, y como surfista, tú no necesitas estudios científicos para
saber que el surf es demasiado bueno para su salud.
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