El Intestino: el segundo cerebro

Los novedosos estudios relacionan el eje intestino-cerebro con la salud mental, la demencia, la depresión y el estado de ánimo. Por lo tanto, podemos decir que nuestro vientre también puede influenciar en nuestras emociones y su carencia afectaría a trastornos digestivos como (la acidez, el colon irritable, la colitis ulcerosa), simultáneamente a trastornos psicológicos como (la ansiedad, depresión, estrés).

 

Nuestro segundo cerebro tiene una red de más de cien millones de células nerviosas, una cifra más elevada que las neuronas de la médula espinal, entre el intestino delgado y grueso alcanzan una longitud entre 8 y 12 metros aproximadamente, en nuestras tripas se almacenan sustancias químicas y gran parte de ellas idénticas a las que se encuentran en el sistema nervioso central (SNC), dopamina, acetilcolina, serotonina, todas ellas ayudan a regular el estado emocional, psicológico y bienestar físico.

Los microorganismos que habitan nuestro tracto intestinal - nuestra microbiota - no sólo controlan nuestro sistema inmunológico sino también nuestras emociones. Por tanto, cuando nuestro intestino esté debilitado por una alimentación y estilo de vida inadecuada, los microorganismos dañinos se imponen sobre las bacterias buenas y se produce un desequilibrio peligroso: nuestras defensas caen en picada y nos convertimos en presa fácil para enfermedades.

Actualmente sabemos que el 90% de la serotonina la obtenemos de nuestro cerebro intestinal, es la hormona del bienestar y ayuda a regular en el vientre el tránsito intestinal, el sistema inmunitario. Esta misma viaja mediante el nervio vago de forma ascendiente y se traspasa por la sangre, hay una comunicación directa entre el intestino y nuestro cerebro.


Por qué lo llaman "el segundo cerebro"

Seguramente el intestino no fue la primera opción que consideraste pero así es, y por eso desde unos años muchos lo apodan "el segundo cerebro". Tiene más neuronas que la espina dorsal y actúa independientemente del sistema nervioso central.

Ese cerebro "independiente" en nuestras entrañas y su compleja comunidad microbiana influyen en nuestro bienestar general.

Así que los médicos tienen cada vez más claro que la función de nuestro sistema digestivo va mucho más allá de simplemente procesar la comida que ingerimos. Es más, los médicos están investigando si se podría usar para el tratamiento de enfermedades mentales o del sistema inmunológico.

Puntos a saber:

1. Un sistema nervioso autónomo

A diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, nuestro intestino puede funcionar solo. Tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita que el cerebro le diga qué hacer.

Lo que gobierna al intestino es el sistema nervioso entérico (SNE), llamado “segundo cerebro”, que es una "sucursal" del sistema nervioso autónomo, encargada de controlar directamente el aparato digestivo.

Ese sistema nervioso se extiende por el tejido que reviste el estómago y el sistema digestivo, y tiene sus propios circuitos neuronales.

Aunque funciona independientemente del Sistema Nervioso Central (SNC), se comunica con él a través de los sistemas simpático y parasimpático.

2. El 70% de las células de nuestro sistema inmune vive en el intestino

Eso hace que la salud de nuestro intestino sea clave para nuestra inmunidad ante las enfermedades.

 

3. Cuanto más diversificada la dieta, más diverso el microbioma

En nuestro intestino viven trillones de microbios, a los que les gustan distintos alimentos.

Estos microbios son clave para la digestión porque su actividad le permite a nuestro cuerpo absorber ciertos nutrientes de los alimentos.

Distintos microbios prosperan con distintos alimentos y por eso el microbioma intestinal mejora con una dieta diversa.

Un microbioma rico y variado está asociado a una mayor salud intestinal, y en consecuencia a un mayor bienestar general.

Por otro lado, las personas que siempre comen lo mismo tienen un microbioma más pobre.

4. Tu intestino está ligado a tus niveles de estrés y a tu estado de ánimo

Es interesante también pensar que la mayoría de la serotonina del cuerpo, se estima que en torno al 80% o 90%, se encuentra en el tracto gastrointestinal.

La serotonina es un neurotransmisor que afecta a muchas funciones corporales, como el peristaltismo intestinal. También está asociada a muchos trastornos psiquiátricos. Su concentración puede verse reducida por el estrés e influye en el estado de ánimo, la ansiedad y la felicidad.

Varios estudios con humanos y animales han mostrado evidencias de diferencias en el microbioma intestinal de los pacientes con trastornos mentales como la depresión.

Por eso una área incipiente de investigación psiquiátrica tiene que ver con la prescripción de "psicobióticos": en esencia un cóctel probiótico de bacterias saludables, para mejorar la salud mental.

5. Tú puedes mejorar tu salud digestiva y tu microbioma intestinal

Estas son algunas acciones que puedes tomar para mejorar tu salud intestinal:

  • Seguir una dieta diversa para diversificar el microbioma intestinal.
  • Bajar el nivel de estrés, haciendo meditación, relajación, mindfulness o yoga.
  • Si ya tienes síntomas de algún problema intestinal es mejor evitar el alcohol, la cafeína y las comidas picantes porque pueden exacerbarlos.
  • Trata de dormir mejor: un estudio demostró que si cambias o interrumpes el reloj biológico alterando tus patrones de sueño, también interrumpes el de los microbios de tu intestino, y lo que quieres más bien es mimarlos.

 

 Consejos para mantener una flora intestinal sana y resistente

A pesar de que la flora intestinal puede verse alterada y perjudicada, hay varias maneras de recuperarla y, por tanto, de conseguir un microbioma saludable.

Cuando hablamos de salud intestinal y de mantener una flora intestinal sana, lo hacemos de las bacterias “buenas” que viven en nuestro intestino y que nos ayudan a digerir los alimentos, los convierten en nutrientes absorbibles y además fabrican con los desechos de nuestro cuerpo algunas sustancias beneficiosas. Estas bacterias forman, además, la primera defensa contra enfermedades e infecciones.

Si no nos alimentamos de forma adecuada, podemos tener problemas, así de simple. Pero no solo de bacterias está formada la flora intestinal humana, también contiene billones de virus, hongos y otros microorganismos; tiene 10 veces más microorganismos que las células humanas y estos representan el 3% de nuestra masa corporal total. Como las huellas digitales, cada   es única y distinta. Factores como la alimentación, el estilo de vida y los antibióticos influyen en cómo es la flora intestinal.

También habitan en nosotros bacterias no tan buenas. Nuestro sistema digestivo actúa como una especie de campo de batalla entre bacterias buenas y bacterias malas en el que, como es lógico, deben ganar las buenas. De lo contrario, las malas toman terreno. ¿Qué sucede cuando esto ocurre? El desequilibrio entre las bacterias buenas y las malas, en el que ganan las malas, hace que se produzca lo que se conoce como disbiosis intestinal o, lo que es lo mismo, una alteración funcional y cualitativa de la microbiota.

Los científicos han descubierto que el sistema digestivo tiene un trabajo aún más complejo de lo que se creía porque se ha relacionado con numerosos aspectos de salud que aparentemente no tienen nada que ver con la digestión. Los desequilibrios en la flora intestinal humana se han relacionado con enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la esclerosis múltiple, la obesidad y las enfermedades cardíacas.

Todo esto significa que una flora intestinal sana es importante para una buena salud y que cualquier cosa que pueda alimentar a las bacterias buenas y mantenerlas en equilibrio es bueno. ¿Cómo saber si la flora intestinal está dañada?. Hay algunos síntomas que nos alertan, como vientre hinchado de forma habitual y sin causa aparente, cólicos intestinales, etc.

Cinco maneras de mantener la flora intestinal sana

La flora intestinal tiene una cosa buena y es que, a pesar de que puede verse alterada y perjudicada, hay varias maneras de recuperarla y, por tanto, de conseguir tener un microbioma saludable. A continuación cinco consejos para conseguirlo:

1. Seguir una alimentación saludable y equilibrada: la fibra mantiene las células intestinales sanas y garantiza que el sistema digestivo pueda eliminar los desechos de forma adecuada. La falta de fibra, por ejemplo, afecta al microbioma intestinal, es decir, hay menos cepas bacterianas saludables en comparación con alguien que sigue una dieta rica en fibra. Pan integral, avena, peras, melones, brócoli, zanahorias, legumbres nueces nos ayudarán a conseguir la fibra que necesitamos. Las bacterias no dejan de ser lo que comemos. Una dieta rica en azúcares y grasas, en cambio, puede matar ciertos tipos de bacterias intestinales, haciendo que la microbiota sea menos diversa.

2. Ingerir más alimentos fermentados: las bacterias son organismos vivos que necesitan comer. Una dieta saludable y variada es buena para las bacterias que viven en el intestino y fomenta un ecosistema diverso. Los alimentos fermentados como chucrut, kimfi o kéfir contienen probióticos (bacterias vivas), así como ciertos tipos de yogur.

3. Beber suficiente agua: cualquier consejo de salud incluye siempre el agua como factor imprescindible; la salud intestinal no es una excepción. El agua garantiza que los minerales y nutrientes se absorban de manera adecuada en el cuerpo.

4. No abusar de los antibióticos: estos medicamentos son importantes para tratar infecciones y enfermedades que están causadas por bacterias. Su modus operandi es lo que los hace peligrosos: afectan tanto a las bacterias buenas (bifidobacterias y lactobacilos) como a las malas. Algunos estudios indican incluso que un uso excesivo de antibióticos puede provocar cambios nocivos en la composición y diversidad de la flora intestinal.

5. Hacer más ejercicio: la actividad física también puede alentar el crecimiento de una variedad de bacterias intestinales. El ejercicio regular estimula el intestino y aumenta la actividad intestinal, por lo que se evitan los problemas digestivos. Al aumentar el flujo sanguíneo a todos los músculos, mantiene los del sistema digestivo en movimiento, permitiendo así que los alimentos pasen por él mucho más rápido.

 

Probióticos

Los probióticos son organismos vivos que logran repoblar nuestra flora. Funcionan como una especie de pegamento que se engancha en la mucosa intestinal y que no dejan que las bacterias malas se adhieran. Se encuentran en productos de leche fermentada como los que hemos comentado, yogures naturales o kéfir de leche. Por tanto, actúan de protectores.

Beneficios de los probióticos para la salud

Los principales beneficios de los probióticos en nuestra salud los encontramos en la mejora del estado de la microbiota. De hecho, mantener la flora intestinal en perfecto estado garantizará una mejor digestión de los alimentos y que nuestro organismo lleve a cabo una metabolización para quemar las calorías necesarias. Además, los probióticos naturales refuerzan el sistema inmune protegiendo al organismo de enfermedades.

Estas son otras ventajas de consumir alimentos que contengan probióticos:

  • Evita la proliferación de bacterias dañinas para el organismo.
  • Ayuda a controlar el colesterol.
  • Alivia el estreñimiento y la diarrea.
  • Previene enfermedades cardiovasculares y problemas de obesidad.
  • Combate enfermedades intestinales como el síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn e inflamación intestinal.
  • Optimiza la asimilación de nutrientes como la vitamina K o B12, el calcio y el hierro.
  • Ayuda a prevenir intolerancias alimentarias o alergias. De hecho, contribuye a digerir la lactosa, por ejemplo.

¿Qué son los probióticos naturales?

Los intestinos del ser humano contienen bacterias que nos ayudan a digerir la comida y liberar los nutrientes que el cuerpo puede usar. Pero, a veces, el equilibrio de la flora intestinal se rompe. Y es aquí donde los probióticos pueden ser de gran utilidad. Puedes incorporar los probióticos intestinales naturales a tus comidas o tomarlos en forma de suplementos.

Los probióticos naturales son alimentos que contienen microorganismos vivos. Estas bacterias y hongos fruto de la fermentación actúan de forma positiva para recuperar el equilibrio de la flora intestinal. En concreto, ayudan a mejorar la microbiota intestinal si se consumen frecuentemente.

¿Cuáles son los mejores alimentos probióticos naturales?

Aunque son evidentes sus beneficios, muchas personas desconocen los alimentos que contienen probióticos. La lista es variada y te permitirá introducirlos fácilmente en tu dieta. ¿Cuál es el mejor probiótico? No hay uno solo, sino varios, y todos ellos muy completos. Estos son los mejores alimentos probióticos:

Chucrut

El chucrut es un plato de col fermentada que puedes disfrutar como guarnición de otros platos. Lo que lo hace ser un excelente probiótico natural es su capacidad para producir ácido láctico responsable de la producción de energía. Puedes comprar chucrut ya preparado o hacerlo vos mismo.

Yogur natural

Los yogures naturales son unos excelentes probióticos ya que contienen bacterias saludables que ayudan a mantener el intestino sano. Ahora bien, evita los yogures con sabores. En su lugar, añade miel y fruta fresca para darle sabor y así tener una fuente adicional de fibra, también esencial para los intestinos.

Kombucha

La kombucha es una bebida fermentada hecha con té dulce y un grupo de bacterias y hongos. Tiene un característico sabor algo amargo, aunque se contrarresta con un punto dulce. Además, resulta muy refrescante gracias a sus burbujas naturales. Se trata de uno de los probióticos naturales con mayor diversidad bacteriana.

Puedes comprarla en supermercados y tiendas de comida saludable. Pero recuerda escoger siempre aquella elaborada con el método tradicional, con poco azúcar, y siempre envasada en vidrio y sin pasteurizar.

Miso o soja fermentada

Se trata de un alimento básico en la alimentación japonesa elaborado a partir de la fermentación de soja, cebada o arroz integral. Actúa como regulador de la presión arterial y digestiva. Su modo de preparación es sencillo: puedes añadirlo a la sopa, a los revueltos, a la carne o al pescado.

Kimchi

Se trata de un plato coreano de verduras fermentadas, como col y zanahorias en una salsa ácida y picante. El kimchi es un complemento delicioso para la carne, el pescado y el arroz. Y, aunque algo picante, es de los mejores alimentos para recuperar la flora intestinal.

Kéfir

El kéfir es una bebida con leche fermentada. Aunque es muy parecido a un yogur líquido, este probiótico natural tiene un mayor contenido de bacterias buenas y menos lactosa. Eso sí, su sabor es algo más ácido. Es un excelente purificador de la sangre, la bilis,  el hígado y los riñones.

Encurtidos

Los encurtidos como pepinillos, cebolletas, rabanitos o zanahorias no solo son un clásico en el acompañamiento de cualquier comida. También están repletos de probióticos intestinales naturales.

Suero de mantequilla

Se trata de un líquido fermentado que se obtiene al batir la nata fresca. Es ideal para preparar dulces caseros gracias a su sabor ácido y poca grasa. Además, ayuda a reducir la acidez del estómago, a perder peso y fortalecer los huesos.

Pan de masa madre

El pan de masa madre es uno de los alimentos que contiene probióticos y prebióticos al mismo tiempo. Además, es uno de los más versátiles, pues se puede acompañar con casi todas las comidas, ¡y es más digestivo que el pan blanco! No obstante, asegúrate siempre de que el pan que compres sea realmente de masa madre, pues algunos supermercados y panaderías jugarán al despiste con la marca o el embalaje.

Queso crudo

Algunos quesos como la mozzarella, el cheddar, el Gouda y el queso fresco a veces contienen probióticos naturales. Para ello, asegúrate de que la leche con la que esté hecho el queso provenga siempre de animales de pasto como la cabra, la oveja o la vaca. Además, comprueba en su etiquetado si contienen probióticos naturales o no antes de comprarlo.

Pero, qué hace que estos productos tengan propiedades altamente beneficiosas para la salud? Aparte de que todos ellos son alimentos para recuperar la flora intestinal, el secreto de estos super alimentos se encuentra en los nutrientes que contienen. 


¿Qué son los alimentos prebióticos?

Además de los alimentos probióticos naturales, también hay alimentos conocidos como prebióticos. Los alimentos prebióticos son aquellos con un alto contenido en fibra que alimenta las bacterias beneficiosas de tus intestinos. Entre ellos se incluyen los cereales, el ajo, la cebolla, el nabo, las legumbres como habichuelas, garbanzos y lentejas, los frutos secos y el hinojo.

Lo más recomendable es una dieta basada en fruta y verduras frescas con alimentos fermentados, como el yogur natural o los pepinillos, para asegurarte de que tienes un intestino sano y equilibrado.



 

  

Javier Presta

Acompañante Terapéutico

Instructor de Surf y Sup

Instructor de Entrenamiento Funcional

almassurfistasmdq@gmail.com

 

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